Las tecnologías digitales están cambiando los modelos de negocios tradicionales en todos los ámbitos de la sociedad. De esta forma, se transforman segmentos enteros de la economía, mientras que muchas industrias, tales como la música, el cine,  los medios de comunicación y el retail han cambiado profundamente sus cadenas de valor,  evolucionando hacia nuevos escenarios digitales.  Esta es la  consecuencia de repensar los procesos y renovar los servicios para mantenerse vigentes en la era digital.  La Transformación Digital es el proceso en que las empresas se reinventan utilizando la tecnología para mejorar su desempeño, redefinir sus productos/servicios, ampliar su alcance y optimizar los resultados, en sintonía con la arraigada cultura digital. Esa transformación genera un cambio de mentalidad en toda la empresa, tanto internamente, como externamente, para los clientes.

Por su parte, la Arquitectura Empresarial es una metodología que, basada en una visión integral de las organizaciones, permite alinear procesos, datos,  aplicaciones e infraestructura tecnológica con los objetivos estratégicos del negocio o con la razón de ser de las entidades. Los modelos de  Arquitectura Empresarial permiten a los ejecutivos a cargo de la Transformación Digital planear las estrategias correctas, entender mejor las coordinaciones y procesos de la empresa, integrar el software con el negocio y prever el impacto de sus decisiones. Permiten diseñar y gestionar las hojas de ruta de transformación del negocio con base en las capacidades de la organización y tras objetivos estratégicos claros.

En síntesis, las Arquitecturas Empresariales habilitan a las empresas en su transformación digital y son un pilar de la planificación estratégica. Con una visión integrada de la empresa, la Arquitectura Empresarial puede ayudar a alinear la visión y la estrategia de la empresa con los objetivos y las capacidades necesarias para llevar a cabo  la estrategia. Cierra la brecha entre la estrategia y la ejecución para ayudar a las empresas a planificar mejor las inversiones futuras y asignar recursos y tecnologías de manera más eficaz.