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Hospitales construidos por concesión tardan en promedio tres años menos en estar listos

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Hospitales construidos por concesión tardan en promedio tres años menos en estar listos

El Mercurio ha publicado las conclusiones a las que habría llegado un Estudio desarrollado por el Banco Interamericano de Desarrollo que comparó recintos erigidos con recursos sectoriales del Minsal o encargados al MOP, y aquellos financiados por asociaciones público-privadas (concesiones). Aunque el valor final es similar, hay diferencias en aspectos como los plazos de preparación y ejecución del contrato: aquellos que se realizan bajo modalidad de asociación público-privada tienen menores plazos (tardan en promedio 3 años menos en estar listos: un hospital concesionado tarda en promedio 11,16 años mientras que uno no concesionado  14,33 años, esto considera los tiempos de contratación) y  generan mayor certeza previa sobre los costos finales ya que presentan en general menores ajustes por sobrecostos.

¿Es esta una buena noticia? Por cierto.

¿Es esta razón suficiente para decidir concesionar todas las futuras inversiones en infraestructura hospitalaria? Por cierto que no. Los factores a considerar son múltiples y guardan relación con el ciclo de vida completo de un hospital, los contratos de concesiones son contratos a 20 años o más, por ende, la velocidad de construcción es solo uno de los elementos a tomar en cuenta.

Antes de seguir, aclaremos algunos conceptos: Las concesiones hospitalarias son un modelo de asociación público privada para la provisión de servicios hospitalarios. El alcance de la participación de los privados puede ir  desde la sola construcción de una obra, hasta la completa privatización de la atención sanitaria. En Chile, el modelo de concesiones limita  la participación privada al diseño, construcción, equipamiento, mantenimiento y servicios. En simple, las empresas concesionarias realizan la inversión necesaria para la construcción y reciben a cambio pagos regulares para amortizar esta inversión y cubrir la mantención de las instalaciones, así como la operación del edificio (aseo, alimentación de pacientes y funcionarios, etc.), y eventualmente servicios especiales del tipo cafetería, seguridad, estacionamientos y sala cuna. Los servicios no incluidos en las concesiones en Chile son los servicios clínicos, los servicios de apoyo clínico (laboratorio e imagenología), equipamiento médico y consumos (agua y energía). Lo que se busca con este modelo es: 

  1. Mejorar la gestión del sector incorporando actores privadosI
  2. Incrementar los niveles de inversión en infraestructura pública asociada a demandas crecientes (cierre de brechas en infraestructura)
  3. Transferir el riesgo (no sanitario) al privado

El  modelo se desarrolló inicialmente en Inglaterra en los años 90 (New Public Management) y se ha extendido a Europa, Canadá, Australia, entre otros países. En España se han concesionado también los servicios de cuidado del paciente. A nivel internacional, la literatura no es concluyente respecto de los beneficios del modelo de concesiones en términos financieros (liberación de recursos) o clínicos (mayor calidad y eficiencia).

Una de las debilidades que tiene este modelo en nuestro país es que se ha utilizado una  Ley de Concesiones que nació al alero del Ministerio de Obras Públicas, para la construcción de infraestructura vial, principalmente carreteras. Esta ley le entrega todas las atribuciones como contraparte del privado al MOP, durante todo el proyecto. Esta situación, que ya es compleja durante la etapa de construcción (el MOP no es especialista en hospitales), se hace crítica durante el período de explotación, dado que la gestión de la infraestructura relacionada con el cuidado de la población hospitalizada tiene complejidades que no son necesariamente competencia de los funcionarios del MOP. En otras palabras, poco tiene que ver la  construcción y gestión de una carretera con la de un hospital.  La ley de concesiones aplicada al mundo hospitalario parece ser rígida y deficiente en aspectos tales como la mantención de la infraestructura, la resolución de controversias, el cobro de multas y  la entrega de información para la fiscalización entre otras materias.

En síntesis, no es posible concluir que el modelo de concesiones es el mejor  a todo evento solo por que reduce los tiempos de construcción, ni tampoco es válido inferir que a raíz de los problemas que ha tenido su implementación en Chile, sea necesario  descartarlo. Existe una tercera vía, que consiste en mejorar los contratos de modo de reflejar en ellos de mejor manera la dinámica hospitalaria. 

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